Las melodías de estos cantos se interpretaron primero con la flauta
de caña de millo o carrizo, abierta en sus dos extremos con cuatro
orificios en su longitud y una lengüeta que forma la embocadura y pisa
un hilo, sostenido por los dientes, para modular el sonido; a ella se
sumaron la caja, tambor pequeño hecho artesanalmente del tronco hueco de los árboles secos y sellado en uno de sus extremos con un pedazo de cuero
templado, y la guacharaca, instrumento ancestral indígena que se
fabrica utilizando un pedazo de cañabrava a la que se le hacen pequeñas
ranuras sucesivas para producir un sonido raspativo al ser frotadas con
un hueso (originalmente).
A finales del siglo XIX, décadas después de su invención, el acordeón llegó a Colombia por el puerto de Riohacha;
los vaqueros y campesinos lo incorporaron a sus expresiones musicales, y
paulatinamente fue sustituyendo al carrizo hasta convertirse en el
instrumento principal del conjunto típico de música vallenata.
Además de estos tres instrumentos, caja, guacharaca y acordeón, que
representan la trietnia que dio origen a la raza y cultura de la Costa Caribe colombiana, el conjunto típico vallenato presenta un cuarto elemento básico que es el cantante,
de más o menos reciente incorporación a raíz de los festivales
vallenatos, ya que hasta los años 1960 la costumbre era que el
acordeonero llevaba la voz cantante e interpretara él mismo la letra de
las canciones que tocaba.
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